Orgullo de Guatemala
El Museo de Paleontología, Arqueología y
Geología es motivo de orgullo para el municipio de Estanzuela, departamento de
Zacapa.
El Museo nació por iniciativa de Alfonso
González Davison, quien se percató de que en el territorio de Estanzuela se
encontraban fósiles y vestigios mayas. Para construir el museo y ponerlo en
marcha, se designó a los paleontólogos Bryan Petterson y Roberto Woolfolk
Saravia, y se inauguró el 27 de junio de 1974.
Conviene recordar que la Paleontología es
una ciencia dedicada a estudiar e interpretar el pasado valiéndose de fósiles,
nombre con el cual se identifica a restos o señales del quehacer de organismos
antiguos, que se han conservado en rocas. Por su parte, la Arqueología se ocupa
de estudiar por medio de restos materiales el caminar de las sociedades. En
otras palabras, estudia a los seres humanos por medio de la cultura material y
psicológica. En cuanto a la Geología, estudia la corteza terrestre, la materia
de la cual está compuesta, sus mecanismos de formación, los cambios
experimentados a lo largo de los años, así como la textura y estructura de la
superficie en su estado actual. Como se ve, las tres ciencias se complementan
y, en el caso que nos ocupa, es desde la perspectiva de las tres disciplinas
como deben examinarse las piezas con que cuenta el Museo. Éste cuenta con restos de mastodontes, perezosos gigantes, armadillos
de gran tamaño, carpinchos o
capíbaras, que se supone vivieron hace, aproximadamente, 150,000 años.
Varias de las piezas mencionadas se deben a excavaciones del señor Woolfolk. En
cuanto al toxodonte, semejante a una combinación de rinoceronte con puerco, con
una longitud de 3.30 metros, se localizaron dos mandíbulas en sectores aledaños
a la avenida La Reforma, luego del terremoto de 1976. Woolfolk asevera que
encontró más de 5,000 restos arqueológicos. Conviene referirse brevemente a
algunos de los animales de los cuales se conservan restos en el Museo de
Estanzuela: Hay un carapacho o coraza de un armadillo
gigante, la cual servía como defensa para el animal, el cual medía
aproximadamente 2 metros. Figuran huesos de un caballo prehistórico,
herbívoro, de más o menos 50 centímetros de alto, con patas cortas, cabeza
alargada y cuerpo extendido, con tres dedos en las patas traseras y cuatro en
las delanteras.
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